jueves, 30 de enero de 2014

Mic y la caja. Capítulo dos.

   De nuevo en la calle principal Mic esperaba en el mismo cruce, apollado en el muro, mirando a la gente. -Hola, Mic-. Le sobresaltaron. -Hola,Sárah-. Contestó. -Humm. ¿Qué haces aquí? Solo-. - Estoy buscando a un tío-. Contestó. -¿Para buscar no hace falta moverse?-. -No, Sólo observar-. Contestó. Sárah, la típica "niña tonta", que no es estúpida, es espesa, es irritante y algo incomprendida por todo aquél que no la conozca, peliroja, bagita y de ojos claros, una chica que jamás buscó crecer. -Pero... ¿Qué tío buscas?-. -No lo conozco, llevaba sobrero y zapatos de vestir, con un bigote "to" feo y perilla. Un narizón. -Ése es Julio-. DijoSárah. -¿Qué? ¿ Le conoces?-. -Sí, Julio, Suele beber en el bar de mi padre-. -¿Dón... ¿Dónde está?-. -Al cruzar la calle, iba para allá-. Respondió.

  Nada mas pasar por la puerta Mic vio a un hombre, con bigote, perilla, gorra en la cabeza y gordo como un tonel, con zapatos marrones y una copa de vino en la mano. Mic se llevó las manos a la cabeza, "Tonta" pensó mientras visualizaba el delgaducho y alto hombre que recordaba del cruze, su objetivo y Sárah, perdida de tiempo. -Eehhh, "pincesitaa"-. Alzó la voz un hombre desde detrás de la barra. -Shh, calla papá, vengo con un chico-. -¡OH! Lo siento chiquilla ya "pao"-. "¿Pao?" Pensó Mic. -Verás papá, mi amigo ha venido buscándo a Julio, el tipo raro-. Dijo en voz baja Mic obserbava al gordito que reia a carcajadas envuelto en la conversación con sus congéneres. -Oh, lo siento pincesa, ya se fue. Eh, chaval, Julio vino esta mañana, pero se fue con pisa. No te peocupes, está aquí todos los días-. -¿Todos los días?-. Preguntó Mic. -Sí, jeje, se toma siete wishkies y se vá-. Contestó y Mic se sintió aliviado. Se había equivocado con Sárah, al menos esa vez. El hombre de la gorra se levantó y se dirigió hacia ellos. -Paco, ¿Te ha gustado el tinto? Es de nuesta tied... ti... tieda... de aquí-. -¡Sí! ¡Hombre! Muy rico-. Contestó. -Escuché que hablabais de Julio-. Añadió. -Sí, hola, vi cómo se le caia esto y quería devolverselo-. Dijo Mic enseñando la caja de tabajo. El hombre la cogió. -Joder, pesa mucho para llevar cigarros, a lo mejor esconde oro aquí. ¡Jajajaja!-. - No sé lo que tiene, sólo quiero devolversela-. -Qué chaval más honoable, jaja-. -Sí, estos chavales de hoy en día siguen sorprendiendo, no todos pasan de todo menos de los porros, jajaja. Es un consuelo-. -¿Usted sabe dónde encontrarlo?-. Preguntó Mic. -¡SÍ! Hombre, sí, casualmente. ¿Conoces la calle Redrib? Allí hay un club, lo veo a veces entrando-. -Sí, vale, gracias-. Contestó mientras salia por la puerta. -Hmm, hasta luego Sárah, gracias-. -Hasta mañana, Mic, suerte-. Contestó.

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